La PlayBook es la tablet de RIM, el fabricante de los BlackBerry. No es la Apple iPad. Tampoco es la Motorola Xoom; la más parecida (por el tamaño de la pantalla) es la Samsung Galaxy Tab de 2010. Pero se distingue del resto porque es la que mejor funciona como accesorio de un teléfono.
Las otras tabletas están pensadas para ser usadas en forma independiente. La PlayBook también funciona así (y sin mayores dificultades), pero uno de sus valores es la integración con un BlackBerry: poder ver el e-mail, los contactos, el calendario y demás del teléfono en una pantalla grande, sin más trámite que una vinculación por Bluetooth.
Sí, le falta un cliente de e-mail nativo (es decir, que no dependa de un BlackBerry), pero eso será resuelto en una actualización este invierno, que agregará la posibilidad de usar aplicaciones de Android en la tableta (previa aprobación en la tienda de aplicaciones de RIM). No soy usuario de BlackBerry y no encontré que eso fuera una limitación seria (y la actualización debería tranquilizar a sus detractores).
El equipo es minimalista, sin botones al frente (se desbloquea deslizando un dedo por la pantalla). Me parece genial, porque gracias a su acelerómetro rota la interfaz gráfica para que siempre esté mirando para arriba. Dicho de otro modo: no importa cómo la agarremos, siempre es la forma correcta.
Su tamaño, definido por la pantalla táctil de 7", es adecuado. Para que tengan una idea: es idéntica a una caja de DVD. Para algunos esto será muy pequeño, y en ciertas instancias puede resultar un poco comprimida, es cuestión de gustos.
La interfaz es excelente: se controla con tres o cuatro movimientos del dedo: del borde inferior hacia arriba (y no importa qué borde, claro), abre la lista de aplicaciones y muestra cuáles están activas; del borde superior hacia abajo, las opciones. De los bordes laterales al centro, pasa a la aplicación activa siguiente.
La PlayBook permite hacer cosas notables, gracias a su chip de doble núcleo a 1 GHz y 1 GB de RAM, como el reproductor de video, el soporte para juegos y la posibilidad de mostrar algo en una pantalla externa usando la conexión HDMI mientras en la pantalla del equipo se muestra otra cosa, muy útil para una presentación, para padres que quieren compartir el equipo, o incluso para juegos, que pueden aprovechar ambos displays.
El sistema operativo es muy estable: lamentablemente, no puede decirse lo mismo del navegador Web con Flash, bastante sofisticado, pero que cada tanto se cierra sin más.Este es, quizá, el problema de la Playbook: no está del todo terminada. Por ejemplo, el teclado virtual -decente- no tiene texto predictivo; el diccionario, que marca errores de tipeo en casi todas las aplicaciones, sólo ofrece alternativas de corrección en el paquete de oficina.
La buena noticia es que nada de esto es grave. Y aún mejor: no es nada que una actualización no pueda arreglar. La base de todo (la interacción con el usuario, el aspecto gráfico, el hardware) es muy buena, por lo que a medida que se actualice el equipo debería mejorar.
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